GRACIAS ERROR
¿Qué nos impide pasar de los buenos propósitos a la acción?
A veces dejamos que personas o pensamientos negativos frenen nuestras ganas de alcanzar un sueño. Otras veces es nuestra propia autoexigencia, la búsqueda de la perfección, lo que nos hace renunciar.
Os invito a reflexionar sobre qué significa ser perfecto. ¿Cuál es la referencia? ¿Quién nos exige a día de hoy esta perfección? ¿Qué peaje pagamos por ello? ¿Cómo impacta esta exigencia y la comparación con los demás en nuestra autoestima?
A diario actuamos de forma automática, sin parar a pensar de dónde viene nuestra forma de actuar. Basándome en la teoría de Análisis Transaccional de Eric Berne, nuestra conducta está influenciada por la educación que hemos recibido. Nos han transmitido mandatos (creencias), que aunque bienintencionados, han tenido un efecto limitador en aspectos de nuestra vida. Por ejemplo "Sé fuerte”. Cuando de niños llorábamos, nos enfadábamos, sentíamos miedo o tristeza, nos decían "¡No llores! ¡No te enfades! ¡No pasa nada!". Es por ello que a dia de hoy nos cuesta conectar con nuestra parte emocional, y si lo hacemos, lo juzgamos como debilidad. ¿Quién ha dicho que esto es así? Tenemos derecho a expresar nuestras emociones, cuando, donde y con quien elijamos. Reprimirlas hasta reventar tiene efectos devastadores para la salud y las relaciones.
Otro mandato es el de “Sé perfecto”, acompañado de mensajes como "¡No te equivoques!, ¡Esto está mal! ¡Tienes que ser el mejor!, ¡Mira qué bien lo hacen los demás!". La consecuencia de este mandato es que vivimos el error como algo horrible, lo que impacta directamente en nuestra autoestima y no nos permite reconocernos como seres únicos e insustituibles.
![Gracias error coaching Gracias error coaching](/application/files/thumbnails/small/4515/6381/9929/gracias-coaching.jpg)
Pero, ¿error es un hecho o un juicio?
En mi opinión es una decisión que tomamos con la información que tenemos disponible en ese momento. Al pasar el tiempo, e incorporar nueva información, es cuando echamos la vista atrás y juzgamos que fue un error. Además, en vez de poner el foco en el aprendizaje, elegimos castigamos y culpabilizarnos como si fuese posible tomar una decisión sabiendo de antemano todas la consecuencias. ¿Cuándo vamos a empezar a ser compasivos con nosotros mismos?
Tenemos derecho a equivocarnos, a no ser perfectos. Tenemos también la responsabilidad de aprender de nuestras acciones y de poner el foco en lo que nos impulsa, no en lo que nos frena.
¿Qué cantidad de tiempo, de vida, nos vamos a ahorrar si dejamos de buscar la perfección, de compararnos con los demás, de castigarnos por cometer un error?
La búsqueda de la perfección es un objetivo inalcanzable. Por lo tanto, ¿queremos hacer las cosas bien o perfectas? ¿Qué va a ser diferente si a partir de ahora nos aceptamos como seres perfectamente imperfectos? ¿Qué nos impide dar las gracias a los "errores" si son lo que necesitamos para aprender? ¿Cómo va a impactar esto en las futuras generaciones?
Comparto un ejercicio para ser cosncientes del potencial que tenemos para cambiar las cosas:
- Piensa en un momento concreto donde tu fuerza de voluntad te permitió alcanzar un objetivo. ¿Lo tienes?
- Ahora otra momento donde tu determinación y perseverancia te llevó al éxito. ¿Está?
- Y por último otro, donde tu buen humor fue clave para aprender y avanzar hacia la meta. ¿Listo?
- ¿Cuánto te reconoces estás cualidades?
- ¿En qué medida estas cualidades te van a ayudar a cambiar tu forma de vivir los errores y gestionar las emociones?
Te invito a practicar el dar las gracias al error y la bienvenida al aprendizaje.
¡Mucho éxito!
Por María del Mar Hidalgo de Cisneros.