EMOCIÓN, energía que nos mueve
¿Cuántas veces nos han dicho “no pasa nada” cuando estamos pasando por un momento dificil o nos sentimos mal?
La intención del mensaje es buena, pero las consecuencias emocionales no, ya que SÍ pasan cosas. Ignorar o tapar las emociones afecta directamente al bienestar propio y ajeno. Las emociones son imprescindibles para sobrevivir. Si no las escuchamos y expresamos adecuadamente, dañamos nuestro cuerpo, nuestra autoestima y las relaciones personales.
Nuestro cuerpo es la expresión física de una emoción. Nos da la señal que necesitamos para cuidarnos. A veces vamos tan acelerados, que solo cuando nuestro cuerpo nos grita, paramos. No escuchamos a tiempo lo que sentimos, ni para qué nos sirve, ni cómo actuar en consecuencia.
¿Cómo gestionar las emociones de forma eficiente para evitar reventar o reprimir nuestros sentimientos?
Es importante saber que las emociones son una reacción físiológica a un estímulo, por lo tanto no elegimos la emoción, pero si la acción. Luchar contra lo que sentimos es una batalla perdida que solo produce desgaste y sufrimiento. No podemos controlar las emociones, pero si podemos controlar lo que hacemos con ellas. Ésta es nuestra responsabilidad.
Hasta hace unos años, no se enseñaban habilidades emocionales en la educación. Aprendíamos sobre la marcha, replicando mensajes aprendidos y heredados como “No llores”, "No tengas miedo", "No te enfades", “Tienes que ser fuerte”, “No hay placer sin sufrimiento", “Date prisa”, “No seas egoísta”.
Todo esto ha hecho complicado que aceptemos las emociones como algo positivo, natural y necesario para crecer.

Comparto algunos derechos asertivos que todo ser humano tiene por el simple hecho de nacer para comprobar si actuamos de acuerdo a ellos y esto nos ayuda a gestionar las emociones:
- Tengo derecho a expresar lo que siento cuando, donde y con quien quiera. Esto no me hace débil, me hace humano
- Tengo derecho a defender y proteger mis límites, a respetarme y respetar al otro como ser diferente a mí
- Tengo derecho a tener en cuenta lo que es importante para mí y actuar en consecuencia. Eso no me hace egoista
- Tengo derecho a decir NO y decirme SI. Esto me hace responsable de mi propio bienestar
- Tengo derecho a respetar mi tiempo y mi tempo de aprendizaje, a disfrutar del camino independientemente del resultado
- Tengo derecho no ser imperfecto, a equivocarme, a vivir la vida como un proceso de aprendizaje
- Tengo derecho a no gustar a todos, a gustarme a mi primero
- Tengo derecho a tener en cuenta mis propias necesidades y sentimientos, a valorarme y reconocerme.
¿Cuántos de estos derechos te estás dando en este momento? ¿Cuáles te faltan? ¿Qué vas a ganar si te los das? ¿Qué dice tu cuerpo? Ésta es la señal para identificar lo que necesitas cambiar que hasta ahora te está limitado.
No solo tenemos estos derechos, tenemos la responsabildiad de vivir de acuerdo a ellos, de cuidar nuestra energía y apostar por los valores que nos impulsan y sacan nuestra mejor versión.
Os invito además a poner en practica la técnica PPA para conseguirlo:
- Paro, respiro y acepto lo que siento
- Pienso para qué me sirve lo que siento que sea bueno para mí y me ayude a tomar una decisión inteligente
- Actúo de forma congruente y equilibrada
Toda emoción tiene una intención positiva. El miedo nos ayuda a estar alerta, a prepararnos, buscar seguridad y poner límites. La tristeza es la emoción inteligente, la que nos permite desarrollarnos tras una pérdida. La rabia frena las injusticias, el orgullo nos aporta confianza, el amor nos genera sentimiento de pertenecia y la alegria de plenitud y felicidad.
Nuestra emoción es la energía que nos mueve. ¡Aprovechémosla!