VIVIR SIN RENCOR
Una personita muy especial para mí me ha dado una lección de vida que quiero compartir con vosotros. Desde su mirada de niña, inocente, sincera, natural, me ha enseñado que el camino más corto para la felicidad es vivir sin rencor. Su enorme capacidad de amar, me ha demostrado los juicios y prejuicios que a veces nos limitan como adultos..
¿Cuál ha sido su secreto? Su capacidad de perdonar y de aceptar lo que no depende de ella.
Perdonar libera al que perdona o pide perdón. Implica romper el hilo que nos une a la persona que nos tiene secuertrada emocionalmente. Dejamos de dar poder al otro para dárnoslo a nosotros. Es un acción inteligente y valiente. Al soltar lastre, nos cargamos de enegía positiva. Para ello es importante parar, darnos cuenta de lo beneficios del perdón y, a partir de ese instante, elegir con quién queremos estar y de quién queremos alejarnos.
A veces, lo que nos mantiene en el rencor, tiene que ver con nosotros mismos. No nos perdonamos acciones del pasado. Este estado emocional afecta a nuestra conducta de forma inconsciente. Las personas perciben nuestro resentimiento, pero no entienden a qué es debido, y en muchas ocasiones genera malentendidos. Es importante tomar consciencia de ello y preguntarnos: ¿Qué necesito perdoname? ¿Para qué no me perdono? ¿Hasta cuándo no me voy a perdonar?

Perdonar conecta con nuestra fuerza interior, ya que solo ofende el que puede, no el que quiere.
¿Qué nos impide vivir sin rencor, envidias o miedo al qué dirán? A veces es más facil criticar, quejarse y colocarse en un rol de víctima, que asumir la responsabilidad de nuestro propio bienestar. Esto nos lleva a la acción, a ser valientes y salir de la zona de confort. "Soy el amo de mi destino, el capitán de mi alma." William Ernest Henley
Por ello os invito a reflexionar sobre lo siiguiente:
- ¿Qué emoción y necesidad oculta una persona que critica de forma destructiva, grita, se queja o justifica constantemente, busca culpables o está anclado en el pasado? Inconscientemente está tapando sus inseguridades y miedos, basadas en experiencias del pasado que le han marcado. No quiere mostrar sus emociones, porque lo considera una debilidad, no se atreve o no sabe cómo pedirlo.
- ¿Qué hacen los niños para llamar la atención? Lloran, gritan, provocan, insultan, muestran su lado más agresivo, y en realidad lo que nos están diciéndo es “¡Hazme caso, no me ignores!". ¿Qué nos diferencia de ellos? Nada. Todo ser humano tiene la necesidad de amor, seguridad y libertad (según Georges Pierret) independientemente de su edad.
- ¿Qué vamos a ganar si vemos más allá de la conducta observada, si preguntamos al otro por lo que necesita realmente? No está en nuestras mano la respuesta del otro, ni asumir su parte de responsabilidad. Está en nuestras manos hacer preguntas que al menos habrán la posibilidad a una conversación diferente.
La vida es muy corta para vivirla en el rencor. Aligeremos la carga a través del perdón y disfrutemos del aqui y el ahora.
¡Mucho éxito!